La habitación de los más pequeños
Es muy raro que una habitación infantil no exija con el tiempo algunas reformas, puesto que el bebé para el que inicialmente se ha ideado y decorado la habitación pronto se convierte en un niño y se hace luego adolescente. Si el primero sólo necesita la habitación para dormir, el segundo obligará a convertirla también en un lugar donde pueda jugar y el adolescente deseará transformarla en un espacio personal y propio, con el que poder identificarse.
Son pues, necesidades diferentes que exigen espacios y estilos diferentes. Por esta razón, lo mejor no es comprar muebles demasiado infantiles, que aburrirán con el tiempo, ni muebles destinados a una sola función a una sola función. Es preferible inclinarse por muebles readaptables, como los modulares, los que tienen ruedas o los que pueden esconderse detrás de un armario.
Otra particularidad propia de las habitaciones infantiles es que deben compartirlas en ocasiones dos o tres hermanos, por esta razón el espacio resulta más limitado y se reducen las posibilidades de almacenaje.
Por otra parte, hay que tener siempre presente que la habitación infantil no es sólo un lugar donde los niños duermen o descansan, sino también un espacio donde juegan y estudian. Cuando son pequeños, es lógico que hagan los deberes en la cocina o el salón, donde estarán cerca de la ayuda de sus padres, pero, a medida que van creciendo, les conviene tener un espacio propio donde estudiar.
Todas estas circunstancias determinan la distribución del espacio, la elección de los muebles y el orden de la habitación.
Fuente: Una casa ordenada - RBA Libros, S.A.
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